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INFORMACION CULTURAL
Un arte, un oficio y una revalorización constante del producto de nuestras tierras; eso es la talabartería y constituye una de las fuentes productivas más vinculadas con la tradición argentina. La talabartería consiste en el trabajo del cuero principalmente vacuno aunque también puede ser cuero proveniente de otro tipo de animales. En su origen la talabartería se relacionaba especialmente con el ambiente de la ganadería y la creación de todos los implementos que se necesitaban para la labor dentro de ese espacio. La palabra “talabartería” en sí misma deriva del término “talabarte” que es una especie de cinturón de cuero en el que se colgaba la espada. Con la revalorización del campo y con la reconstrucción a través de los signos de nuestras raíces se fue ampliando el público consumidor de los artículos que hoy se agrupan bajo el concepto de la talabartería porque de alguna manera se siente a través de este tipo de accesorios de cuero un fuerte contacto con la tierra.
Desarrollo de la talabartería
La talabartería tiene que ver con el
tratamiento del cuero para la creación de piezas de vestir, accesorios,
complementos. Es un trabajo detallista de grabado en el cuero que muchas
veces se complementa con metales o hierros también tradicionales. Se
creó toda una mística a través de la talabartería y
dentro de ella prevalecen dibujos semejantes a la flor de liz así como
también una serie de guardas que tienen su origen en el vestuario
gauchesco. El gusto por la talabartería alcanza niveles nacionales e
internacionales porque la calidad de los cueros nacionales argentinos da
por resultado productos competitivos frente a los más altos
estándares. La talabartería tiene su precio en el mercado pero no hay
nadie que no sepa que vale lo que cuesta un producto del cuero más puro
porque son profundamente delicados, estéticos y duraderos.
Talabartería: un trabajo de antaño y siempre artesanal.
El trabajo con el cuero tiene su origen desde que el campo es campo, los primeros habitantes aborígenes
y luego campesinos fueron los que con calor comenzaron a grabar el
cuero dándole diversas formas y estilos. Si bien los diseños han ido
variando y se fueron profesionalizando, si hay algo que se mantiene
inalterable es la mano artesanal. Si querés encontrar talabartería
original y con excelentes diseños no tenés más que recorrer las ferias
que pueblan la Argentina donde el olorcito a campo siempre tiene un
lugar privilegiado.